Catamarán Calle 93

El pago de una deuda dio origen a lo que es hoy Catamarán, la ostrería, coctelería y ahora restaurante de comida del mar más tradicional que tiene Barranquilla.

Hace treinta y dos años los hermanos Márquez Calderón, Ricardo, Ramón, Victorio y Luis, recibieron como cancelación de una deuda una embarcación con dos cascos idénticos y propulsada por una vela. Pero no imaginaron que ese bote, en forma de catamarán, que terminó al poco tiempo partido en cuatro pedazos iguales por no funcionar bien, fuera el símbolo y nombre de un establecimiento de comida de productos del mar que desde hace tres décadas ha deleitado a los paladares que gustan de esta especialidad.

En el garaje de la casa de esta familia, ubicada en la calle 84 con la 43B, arrancó el negocio al que se unieron poco después las dos hermanas, Flor y Magaly, quienes finalmente tuvieron que desvincularse porque decidieron partir al país del norte.

“La acogida fue excelente”, recuerda Ramón Márquez, del Catamarán de la calle 93. Los amigos de cada uno de los cuatro hermanos hicieron publicidad verbal y en el primer mes lograron vender más de lo que habían planeado.
Ramón cuenta que a raíz de esa acogida en el comienzo vieron la necesidad de abrir otros puntos en varios sectores de la ciudad.

Actualmente la sede principal está ubicada en la calle 82, seguida de la que está situada en la calle 93.

A través de los años, Catamarán conserva el concepto inicial, tipo barra, y el crecimiento del negocio motivó a ampliarlo con el área del restaurante. Igual sucedió con la carta. Iniciaron con cocteles de sencilla preparación que fueron especializando con la adición de ingredientes que solicitaban los clientes. Y los propietarios acogieron gustosos estas peticiones para mejorar calidad en los platos.

“Todo lo hacemos pensando en complacer a nuestros clientes. En esto radica que a lo largo de más de treinta años tengamos la misma acogida que en los inicios”, dice Ramón Márquez.